La piel es uno de los primeros órganos en formarse y uno de los últimos
en desaparecer, además es el más grande que tenemos, por ello, debemos prestar
atención y cuidarlo y mimarlo al detalle.
A través de la piel se trasmite información gracias al sentido del
tacto, y es la estructura que nos separa el exterior del interior.
Es necesaria la comunicación a través de la piel, pues trasmite cariño,
afecto, ternura, compañía, cercanía, seguridad…Debemos tenerlo muy presente
puesto que cuando anímicamente se está mal las
caricias llegan a ser curativas, y lo más importante, reducen el estrés.
El tacto, es una de las formas más
fundamentales de interacción, pero también, a través de él, mostramos nuestro interés
y reconocemos la existencia del otro.
Por todo esto, es fundamental, cuando se está en un hospital, que
alguien se acerque y tenga ese contacto contigo, ya que, de esta forma, podemos
sentir la seguridad que perdemos nada más ingresar, la cercanía que es abandonada al ser un número de
habitación y el cariño que se
quedó en la puerta. Todo eso es necesario, porque nos encontramos en un período
de indefensión ante la circunstancia de ingreso hospitalario, con personas
desconocidas, ante un diagnóstico incierto y la exposición continua de nuestro
cuerpo.
“No se
puede desactivar el sentido del tacto. Puedes cerrarlos ojos e imaginar lo que
se siente ser ciego, y puedes tapar sus oídos e imaginar lo que se siente ser sordo.
Pero el tacto es tan
central y omnipresente en nuestras vidas que no podemos imaginarnos no
tenerlo", dice David Linden, neurobióloga de la Universidad Johns Hopkins
y autor del libro "Tocar: La ciencia de la mano, el corazón y la
mente".
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