En una entrada anterior
(enlace a entrada)
publiqué un modelo de reclamación que,
humildemente, creo puede servir de guía para denunciar, de forma argumentada y
contundente, los tratos discriminatorios por razón de sexo que, aún hoy,
lamentablemente, siguen sufriendo las mujeres embarazadas.
Que el modelo en
cuestión se dirigiera contra un Servicio de Salud no fue casualidad sino que respondió
a una consulta formulada por una enfermera, que vio cómo se esfumaba la
posibilidad de suscribir un nombramiento de tres meses tras informar de su
embarazo a "Bolsa" e interesar otro destino para evitar riesgos, y ello sin que le fuera
facilitada información de clase alguna por parte de la funcionaria. Al final,
la enfermera firmó (de forma voluntaria (¿?) según el Servicio de Salud) un
nombramiento de un mes, con lo que, de momento, pierde dos meses de sueldo,
experiencia y méritos.
Pues bien, el letrado
que a vds. se dirige, actuando en nombre de la enfermera, presentó una
reclamación con idéntico texto al publicado en aquella entrada, a la que, "O fortuna" (qué gran poema y qué gran versión de Carl Orff), ha
respondido el Servicio de Salud, por boca de un Gerente, negando que jamás se haya cometido tamaño atropello en esa
Gerencia (responsabilizando, por supuesto, a la enfermera de la situación
producida) e intentando amedrentar a este abogado con el anuncio de acciones
penales. Vean:
¿Cómo responder?
Sencillo: con contundencia, con rigor, con la realidad, con hechos, porque:
- Es un hecho que en la Gerencia en cuestión se han producido tales discriminaciones por razón de sexo, que terminaron en los Juzgados con sentencias estimatorias;
- Es un hecho que incluso después de la entrada en vigor del Pacto de 2013 muchas profesionales han perdido nombramientos por no haber sido informadas de que podían suscribirlos aunque estuvieran embarazadas;
- Es un hecho que antes de 2013 esas discriminaciones se producían con total “normalidad” a pesar de que fue en el año 2006 cuando el Tribunal Constitucional despejó de forma contundente toda duda acerca de si el embarazo podía justificar que se dejaran de ofertar contratos;
- Es un hecho que, presentada la reclamación por este letrado, la misma fue “interceptada y neutralizada” por la funcionaria que hizo la oferta, a la que no se le ocurrió mejor cosa que llamar a la enfermera (y no el letrado) para reprenderle;
- Es un hecho que este letrado tuvo que personarse con la enfermera en la Gerencia para conocer el estado de la reclamación;
- Y es un hecho que este letrado no dejará de denunciar irregularidades ni se plegará jamás a amenazas.
Como reza aquel
proverbio árabe “Los perros ladran, la caravana pasa”.
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