Cuántas veces se comete
el error de criticar a compañeros por haber resultado beneficiados de lo que,
ciertamente, son situaciones anómalas, por no decir, clara y abiertamente, contrarias
a Derecho, eso sí, no generadas por ellos. Porque esa es la cuestión: la RESPONSABILIDAD.
El abuso en la
suscripción (y prolongación) de nombramientos temporales de personal
estatutario (de interinidad y eventualidad) por parte de los Servicios de Salud
no es achacable, desde luego, a los trabajadores. No es justo. Espero que, al menos en
esto, estemos todos de acuerdo. El severo reproche ante tan vergonzantes abusos no se puede dirigir contra el personal sino contra los gestores, que son los responsables primeros, últimos y directos
de esa situación.
Quienes abusan de los
nombramientos de interinidad no son los interinos, como tampoco es el personal
eventual el que abusa de esa modalidad de nombramiento. El abuso lo cometen quienes
los ofertan y, con su pasividad y mal hacer, permiten que se prolonguen casi sine die.
Ha tenido que venir Europa
a tirarle de las orejas a nuestros gestores y también a nuestro legislador ante
la inadmisible tasa de temporalidad de que adolecen los Servicios de Salud.
Temporalidad de la que, eso sí, bien que se sirven para atender necesidades que
son estructurales, esto es, que deben ser cubiertas por personal con plaza en
propiedad.
Tiene razón Europa. Porque,
¿cuánto puede durar una interinidad? ¿Y una eventualidad? ¿Lo que los gestores
quieran? ¿No estamos hablando de nombramientos temporales?
Si echamos un vistazo
al artículo 9 de la Ley 55/2003 no encontraremos límites a la duración de los
nombramientos temporales de personal estatutario, y tampoco medidas que impidan
y, llegado el caso, sancionen los abusos en el recurso a los mismos.
La verdad. Desconozco
si ese “vacío” regulatorio fue involuntario o deliberado. Lo que sí tengo claro
es que facilita el abuso de los Servicios de Salud.
Es así. Quienes
gestionan Servicios de Salud gozan de una RESPONSABILIDAD IMPUNE mientras el
personal se enfrenta entre sí. Son los gestores quienes deciden o consienten
interinidades interminables o el encadenamiento de un sinfín de nombramientos
de eventualidad. Es a los gestores a quienes compete la convocatoria periódica
de procesos selectivos y concursos de traslados. Gestores que se despellejarán
en ciertos foros pero que nunca tendrán que pagar de su bolsillo los gastos de
su pésima gestión. La cuenta, a cargo de todos.
Europa le reprocha a
España la tasa de temporalidad en los Servicios de Salud, pero ningún gestor
asume su culpa. Todos ponen sus orejas a buen recaudo. Es lo que tiene ser, al
mismo tiempo, responsable de todo y culpable de nada.
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